La historia universal nos deja legados como la experiencia de la nación de los Celtas; ellos vivieron en Europa Central y Occidental entre los siglos VII y I a.C., que detentaban la unidad profunda de una nación con un ideal común, sentimientos y pensamientos iguales. El autor Gonzalo Rodríguez García en su libro Los Celtas sostiene que sobre la parte que más le ha subyugado, es cuando se habla de la ética, la espiritualidad, la magia guerrera, el camino del héroe, el mundo de los dioses, los principios y valores de esos legendarios pueblos celtas. Asimismo refiere que la cultura céltica fue una tradición, una trasmisión de la historia a lo largo del linaje, los padres, los hijos, los jefes y sus mesnadas, los maestros y los neófitos, una entrega y depósito de una concepción del mundo que se remontaba a lo lejos, no solo en el tiempo , sino también en lo alto. En los dioses y los héroes. Siendo los hombres los que en última instancia y por medio de la sabiduría, el coraje y la virtud debían materializar en sí mismos y en su comunidad. Y ese era su horizonte de sentido. También su dignidad e identidad.
Los Iroqueses que vivían en América del Norte fueron también quienes soportaron por muchos años las ambiciones de enemigos que de forma continua arremetieron bélicamente para destruir esa forma de vida con valores. Pero su legado es su amor a la independencia, tenían la capacidad de confederarse para luchar contra un enemigo común, la familia era la mayor unidad social permanente, su forma de pensar y vivir refleja un sistema de convivencia fraternal y de respeto que existió por cuatro siglos (1390-1750).
La organización política más elaborada y poderosa en el noreste era la Confederación Iroquesa, compuesta por una coalición de tribus sueltas. Dicha confederación comprendía originalmente a las tribus Mohawk, la Oneida, la Onondaga, la Cayuga y la Seneca, a las que más tarde se unió la Tuscarora. La intención original de la coalición era establecer la paz entre las tribus participantes.
En América del Sur Los habitantes de Caral cimentaron su economía en la pesca y en la agricultura. Realizaban intercambios comerciales de algodón y pescado deshidratado con otras sociedades de los Andes y la Amazonía. Poseían amplios conocimientos científicos y tecnológicos. Este desarrollo se muestra en la creación de nuevas técnicas agrícolas como los canales de irrigación.
Para ellos la importancia del agua y la preservación de los alimentos eran factores primordiales como métodos de supervivencia. Al establecerse en un lugar semidesértico donde el agua escaseaba, los pobladores de Caral se preocuparon en el manejo de los ecosistemas y de identificar los cambios en el clima, como por ejemplo el que hoy se denomina fenómeno del Niño. Esta evolución hizo que Caral sea conocido actualmente como «la primera ciudad sostenible a nivel mundial».
Precursores, sostiene que el estudio y la valoración de la historia universal y nacional es primordial para la proyección de una futura sociedad civilizada, construyendo un Partido Político diferente, enarbolando los valores de las primeras civilizaciones en el mundo, como son la dignidad, la unidad, la solidaridad, el amor, la fortaleza, la lealtad, el respeto por nuestra naturaleza y una forma de vida de calidad. Es necesario comprender que un pueblo para que sea libre y con calidad de vida debe fomentar la cultura del conocimiento.
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